Hace dos semanas consiguió estrenar su segunda película, «Gernika», estrenada en 2016 tras 4 años de currazo, uno de los directores más interesantes de nuestro país, Koldo Serra.
De esos que como no hacen lo que todo el mundo, no es conocido por casi nadie y no se les da bombo. Como era de esperar, tras 2 semanas en cartel, se ha visto relegada a la sesión matinal del domingo en el cine donde la pude ver, y una única sesión a las 16:00 en otro cine de extrarradio.
La primera, «Bosque de sombras», creo recordar que ni llegó a estrenarse aquí en Zaragoza, aunque al comprobar la fecha veo que me encontraba estudiando en Barcelona, con lo que si no pude verla en pantalla grande imagino que no estaría yo al tanto y al haber seguido el proyecto en sus inicios y estrenarse mucho más tarde y sin promoción, ni me enteré. Hace poco pude verla, gracias a la compartición de archivos por internet porque parece que está descatalogada, y me encontré más o menos con lo que esperaba, otra para mi colección de queridas «películas de garrulos», añadiéndose a «Deliverance», «Perros de paja» o «Furtivos». Quizás las enormes expectativas que me generó el proyecto en sus inicios (Acababa de descubrir éstas 2 primeras de la lista y estaba extasiado con el género) y la cantidad de años que he tardado en verla hicieran imposible que me encantara. Me gustó, pero me había hecho ilusiones de encontrar algo más salvaje.
Para «Gernika», su segunda película, he podido disfrutar, por primera vez en mi vida, de una proyección totalmente «privada», puesto que es la primera vez que he estado completamente solo en una sala de cine, una auténtica gozada.
Lo único que la hubiera podido mejorar es el haber podido disfrutar de una copia en versión original, especialmente en una historia como ésta, con tanto personaje con acento e idioma diferente, y a pesar de que el doblaje no estuvo nada mal, se pierde bastante de la experiencia.
Pero…ésta condición inmejorable para disfrutar del séptimo arte, salvo que vayas acompañad@ de gente igualmente respetuosa como tú, es un escollo para la supervivencia del cine. Ya había tenido la suerte, aunque siempre acompañado, de encontrarme en proyecciones en las que no había ningún otro espectador, pero ésta vez toda la sala de los cines Palafox fue para mí. Mis años de experiencia me han hecho ver que en casi todas las sesiones tienes al menos a una persona maleducada que mancilla el obligatorio silencio de la sala, ya sea porque no sabe consumir los alimentos que parece que necesita para disfrutar de la película, porque tiene incontinencia verbal o como ya advirtió Nacho Cerdà al presentar uno de sus Phenomena en nuestra ciudad, el lamentable progreso en los teléfonos móviles lo que a veces parezca que la sala sea un jardín de luciérnagas. Hablando con un amigo me comentó que Lars Von Trier ya había tratado éste problema en el cortometraje «Occupations«, pero sigue en mi cabeza la idea de crear la atracción gore definitiva contra la mala educación en una sala de cine.
Volviendo al tema de éste post, Koldo Serra con ésta segunda película consigue para mí, aún con algunos aspectos que no me han convencido, entrar en el grupo de las películas que mejor tratan el tema de nuestra guerra civil, con permiso de «La vaquilla» o «El laberinto del fauno», desde una clara perspectiva del lado demócrata pero sin abuso de la demagogia en la que todo el mundo sea o malo o bueno según el «bando» desde el que se haya cocinado la película.
Consigue sumergirnos en el drama de la oficina de prensa republicana que trabajaba en Gernika, en la frontera con francia, zona en la que intentaba entrar la prensa internacional para cubrir la guerra civil española. Se construyen unos personajes muy interesantes, tiene un comienzo que capta de inmediato mi atención y la escena clave del bombardeo está, al igual que el resto de la película, dirigida de una forma soberbia. El elenco trabaja bastante bien, pero a mi gusto todo queda eclipsado por cómo maneja la cámara su director.
Peeeeeero, al igual que le sucedía a «Pearl Harbour» (Por la analogía de película basada en un bombardeo famoso), el guión naufraga al introducir de manera forzada un triángulo amoroso que nos aleja de la trama que realmente nos importa, como pasó en aquella y en tantas y tantas veces en las que se cree que es necesaria la historia de amor para conseguir llegar al público.
A su vez, algunos momentos puntuales del diálogo me descolocaron, pero me pareció el menor de sus «problemas» y es la cosa que más difícil me parece y más valoro en cualquier guionista, el dar a luz a unos diálogos «auténticos».
Salvando éstos dos aspectos que no me convencieron, me ha resultado una de las mejores películas de época de nuestro país y una de las que mejor retrata el período más bajo de nuestra historia.
Os dejo con el cartel internacional, mucho más estiloso que el usado en nuestro país, y el trailer.