Disintiendo con Ramón # 01 – Almodóvar
Almodóvar
Con éste post doy comienzo a mi sección «Disintiendo con Ramón«, AKA mi tío, el conocido médico que hace un tiempo evolucionó en una especie de gurú de la crítica en internet jajaja.
Los dos compartimos el amor por el 7º arte, aunque muchas veces opinamos cosas diametralmente opuestas sobre las mismas películas, ¿y quién tendrá razón?
Pues los dos, porque en ésto del arte, si somos capaces de razonar y argumentar nuestra opinión, ¡tod@s la tenemos!
El motivo de ésta sección es una especie de «contra-reseña» de películas que a él no le han gustado y a mí sí, y viceversa.
Ojalá tuviera yo la misma elocuencia con la que él ensalza o masacra éstas obras, pero lo vamos a intentar al menos…
La experiencia me lleva a pensar que la profesión de crítico no tiene ningún sentido porque la objetividad no existe, y solo deberíamos interesarnos por las opiniones de aquellos con los que descubrimos una afinidad. (Curiosamente, al ir a dejar mi votación en filmaffinity, descubro que no coincido ésta vez con uno de los pocos críticos a los que me interesa consultar, el gran Jordi Costa)
Todo el mundo debería usar el «Para mí…», «En mi opinión…», «A mi gusto…», en vez de ejercer juicios a los que les intentan dar la vítola de verdad absoluta, cuando lo que consiguen los críticos profesionales, en muchos casos es transmitir un aura de soberbia y prepotencia.
A la hora de valorar una película o cualquier otra obra de arte o producto cultural, también entran en juego nuestras expectativas, conjuradas junto a nuestros gustos…en éste caso, yo esperaba la excelencia habitual en Almodóvar, sobretodo en sus últimas películas, pero ésto ya es adelantar contenido… El caso es que siempre me ha seducido el cine de Pedro, desde sus inicios erótico-festivo-petardos hasta como digo, sus últimas películas más profundas en las que demuestra una maestría del lenguaje audiovisual a la altura de los más grandes.
Siempre me ha dado la impresión de que la gran mayoría de gente que se gana la vida con la crítica cinematográfica, y lo que podríamos llamar «Los académicos del cine», están contaminados por una extensión de la nociva plaga del pensamiento único que quiere convertirnos en individuos homogéneos, sin gusto ni personalidad propios. Pero vamos, es solo una opinión…
Julieta
Técnicamente impecable, una gran labor de dirección por parte de Pedro, pero las actuaciones me resultan forzadas, en especial la del padre de Julieta. Algunos momentos algo ridículos por guión, a los que acompaña con otros de una sutileza exquisita. Una música que me gusta mucho pero que me deja el regusto a ya oída, y que no creo que case muy bien con el tono real de la historia. Intenta enfundarla de tintes misteriosos, pero no consigue implantar en mí la curiosidad típica del «género». El único misterio parece ser para el espectador, y la forma en la que descubre cómo avanza el guión, no para sus personajes que se limitan a vivir, bueno, a huir continuamente, a esconder sus rencores. Así como la estructura entre en espiral y rota del relato, no me parece que le aporte ningún significado o valor especial como sí puede hacerlo en «Pulp Fiction», por ejemplo.
Emma Suárez, a la que le tengo gran cariño, no me resulta auténtica y no me atrapa con su actuación. No parece una persona del mundo real, sino un papel impostado en una actriz. En cambio con Adriana Ugarte sí consigo conectar.
Puede que los 3 relatos de la escritora en orígen sean magníficos, pero al mezclarlos y, supongo porque yo no lo encontré, darle el toque Almodóvar, no funcionan. Lo único, la gran Rossy de Palma haciendo de la Rossy de Pedro como tan bien lo ha hecho siempre.
Escenas de sexo fatalmente rodadas, como por desgracia es habitual en el cine y la televisión, salvo honradas excepciones como «Shortbus» o «Girls» y poco más.
La primera vez, cuando la vi en el cine, me fui con la sensación de que a cada plano, había una decisión que me chirriaba y yo no hubiera hecho así. En ningún momento consigo empatizar con el tono dramático de la historia, o el tema recurrente del cuidar de la familia, el intentar conseguir tus sueños a cualquier precio, sin importar los demás, o la maternidad, complicidades, ruptura o cambio en las relaciones. Y en el fondo, el material con el que están entretejidos todos los elementos de la historia no emite un olor que me haga salivar en ningún momento, que me haga no poder esperar a darle el siguiente bocado.
Tanta pausa, lenta cadencia, y una manía por los susurros hacen que no conecte con la historia en ningún momento, hasta me pone de mal humor. Me parece bien trabajada, pero no me llega emocionalmente, y no sé si se debe a que el tema no me interesa especialmente o a ese trabajo en la historia. Se me hace enormemente larga, y eso que solamente dura 98 minutos.
Y lo que pensaba que nunca haría un director con la experiencia y personalidad de Almodóvar, usar el recurso barato de recordar una escena anterior para que los espectadores despistados, capten la simbología de un plano que debería reverberar por si solo gracias a la situación previa.
Lo mejor para mí, el momento simbólico cerca del final en el que aparece lo que podría ser un pozo místico, que conectaría tantas cosas…
Trailer :
Qué opina mi tío sobre «Julieta»
Los Amantes Pasajeros
Esperpento coral en el mejor de los sentidos. Un obsceno juego sexual, visual (fálico principalmente) y verbal.
Ya el comienzo con los créditos homenajeando a Saul Bass, y esa melodía combinando música clásica y cumbia presagian algo fresco y único.
La comedia despega con la advertencia del parecido con la ficción y el nombre de la aerolínea inventada, que es una patraña y ya sitúa el tono perfectamente desde el inicio.
El casting está espectacular en todos sus personajes, siendo quizás lo más forzado los 2 cameos del principio.
Una dirección de arte muy cuidada, que me ha recordado ésta vez un poco a la gran «Life Aquatic» de Wes Anderson, pero sin sus excesos.
Pasan 5 minutos y ya me han introducido en la historia, y viendo lo genialmente caracterizados que están todos los pilotos, azafat@s, y pasajer@s, me hace querer saber todo sobre sus vidas.
*Un microguiño con la versión instrumental de «Malagueña Salerosa», finura.
Seguimos con la trama y los personajes, una subversión deliciosa de lo que suelen ser los viajes en avión. Cada avión en el que me he montado después de verla ha resultado ser una decepción por no ser una aventura como ésta…es lo que tiene el cine, que suele ser mejor que la vida real.
Tras unas cuántas películas más serias en los últimos tiempos donde para mí Pedro alcanzó su madurez, ésta vez volvía a la comedia más gamberra que es lo que le hizo mundialmente conocido en sus inicios, cuál maestro de orquesta al más alto nivel, y se permite pequeños juegos como remakear los comportamientos de algunas de sus «Chica Almodóvar» más célebres en la piel de alguno de los hombres de ésta película.
Si por algo me parece tan sagaz y rompedora es por el hecho de, en un único escenario (vale, casi exclusivamente) cerrado como es el avión, gracias a la reunión de personajes tan cojonudos, auténticos y únicos (ayudada por un elenco perfecto), crea un microcosmos gracias a las intersecciones entre las multiples mini-tramas de cada uno de ellos, funcionando a varios niveles.
A diferencia de en su última película, aquí los momentos puntuales en los que la música hace un subrayado de suspense, están bien metidos y no desentonan.
Sí, en el fondo no deja de ser, en apariencia, una comedia ligera y gamberra, que causará aversión a todo colectivo queer-fóbico. Una delirantemente divertida apología del sexo sano (Mención de honor para ese plano de Lola Dueñas disfrutando de un Reverse Cowgirl robado con las melenas al viento), y para permanecer sano, como debería ser recetada la comedia en los hospitales…
Comprendo que tampoco guste a los amantes de la comedia blanca, políticamente correcta y para toda la familia que tanto éxito tiene en nuestro país, pero la comedia está cimentada en la exageración y la hipérbole, y aquí encuentro una ración perfecta.
También nos regala uno de los números musicales (que debería ser) más icónicos de la historia del cine.
El único punto negativo que le encuentro es que la crítica social es demasiado evidente, demasiado «indirecta directa», lo que la hace demasiado fácil y poco elegante.
Y, siempre que la acabo, salgo con una sonrisa de oreja a oreja y la sensación de ser mejor persona.
Trailer :
Qué opina mi tío sobre «Los amantes pasajeros»
La gran diferencia entre las 2 para mí podría ser en cuanto a sus personajes y cómo los representan los actores, en la primera todo me parece natural, orgánico y fresco, y en «Julieta» todo me parece impostado, forzado, sin provocarme ninguna empatía ninguno de ellos. Resumiendo, los personajes de una me atraen, los de la otra me resultan sosos.
Y para terminar, parece que voy a tener que hacer el segundo «Disintiendo con Ramón» sobre la nueva joya de la ciencia ficción que nos ha regalado Luc Besson 20 años después de una de mis películas favoritas de todos los tiempos…
Muy bien, lo importante es opinar con criterio y libertad.